SALUD MENTAL EN MUJERES - CARGA MENTAL - Gema Enero Sánchez -

¡La maldita carga mental! O...Cómo mi cerebro se convirtió en un Excel con patas (y casi explota)

¡Hola, mis guerreras del día a día, mis maestras del malabarismo emocional y logístico! ¿Cómo andamos hoy? Yo, aquí, intentando recordar si le di de comer al peludo o puse a la lavadora. 

Es que una ya tiene una edad y la memoria... bueno, la memoria es un mito urbano, ¿verdad?

Pero hablando en serio (un ratito, que luego me aburro), hoy quiero que hablemos de algo que nos trae de cabeza a muchas: la famosa carga mental. No, no es el peso de tus compras del Mercadona, que eso ya lo sabemos. Es esa especie de "Excel invisible" que tenemos las mujeres en la cabeza, donde apuntamos: "Llamar al fontanero", "Cumple de la sobrina (comprar regalo, hacer tarta, llamar a la cuñada para coordinar)", "Cita del médico para los niños", "Sacar la ropa de la lavadora que lleva ahí dos días", "Contestar ese email del trabajo que se me olvidó el viernes" llamar a mi madre que estaba de bajón...

¡Y un sinfín de "etcéteras" que harían llorar a un contable!

La carga mental, esa "enfermedad" invisible (y con estadísticas)

Mira, al principio yo pensaba que era cosa mía, que estaba yo un poco dispersa, o quizá era consecuencia del Covid, pero no, queridas, resulta que esto es un fenómeno mundial, ¡un síndrome femenino no oficial! Y ojo al dato: Según algunos estudios, ¡hasta el 71% de las mujeres sufren una elevada carga mental! En comparación, solo el 12% de los hombres la experimentan. ¡Para que luego digan que exageramos!

Es esa procesión que va por dentro, ese runrún constante de cosas por hacer, por recordar, por organizar, lo gracioso (o no tan gracioso) es que muchas veces somos nosotras las que nos lo autoimponemos, porque "si no lo hago yo, ¿Quién lo hace?" pero lo peor de todo es que, a veces, es verdad. Debemos tratar de evitar esto.

¿Resultado? Agotamiento, estrés, ansiedad, y... la salud mental, pues mira, se resiente. Las mujeres tienen casi el doble de probabilidades de sufrir ansiedad y depresión que los hombres. Es como si tu cerebro fuera un ordenador con mil pestañas abiertas, todas cargando a la vez y de repente se cuelga el sistema. ¡Pantallazo azul, en la vida real!

¿Y qué hacemos con el Excel viviente?

Pues mira, milagros no hago, que ya me gustaría tener una varita mágica. Pero sí que he aprendido (es mi asignatura pendiente) unas cuantas cosas que, aunque no eliminan el "Excel", al menos le bajan el volumen a la musiquilla infernal:

  1. ¡Delega, bendita, delega! Lo ideal es que el resto sepa en lo que nos tiene que ayudar que los demás no tienen una bola de cristal para saber qué hay que hacer, hay que decirlo, y si se equivocan, ¡pues que se equivoquen! Que aprendan, no somos sus secretarias vitalicias, aunque nos lo creamos o intenten que lo hagamos.
  2. Aprende a decir NO. Sin culpas, sin dramas. Un "no, hoy no puedo" o "eso no lo puedo asumir yo" te libera más que un balneario.
  3. Prioriza y tira a la basura lo que no sea urgente. ¿El polvo de encima del armario? ¿Esa cortina que lleva dos semanas descolgada? la cita de la revisión del coche, ¡Ya se hará mas adelante si no es urgente! 
  4. Date un caprichito para ti. Aunque sea sentarte cinco minutos con un café (caliente, por una vez), leer dos páginas de un libro o mirar al infinito. ¡Tu cerebro te lo agradecerá!

La salud mental no es una tontería, es nuestra gasolina. Y si la aguja está en la reserva, no podemos pretender seguir tirando del carro. Así que, mis fieras, a cuidarnos, a ponernos a nosotras las primeras en la lista (¡sí,sí la 1ª!) y a reírnos un poco de este lío que es la vida, que si no...¿Quién nos aguanta? ni nosotras mismas...

¡Cuéntame en los comentarios! ¿Cuál es la tarea más absurda que tienes en tu "Excel mental" ahora mismo? ¡Compartir es vivir (y desahogarse también)!

 

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